febrero 28, 2020

Sí, hija, claro; no te preocupes

FINALISTA

– Madre, voy a llegar tarde. Por favor, ¿puedes encargarte hoy de la comida?

– ¡Sí, hija, claro; no te preocupes!

Adela colgó el auricular.

Llevaba tiempo sin cocinar, su hija ya no le dejaba hacer prácticamente nada y ella, cada día, se iba sintiendo un poco más mueble y menos persona. Pasaba las horas sola frente al televisor, esperando a que volvieran, esperando poder hablar con alguien, esperando compañía.

Tener algo que hacer iluminó sus ojos de nuevo.

Se colocó el delantal con la ilusión del que estrena un vestido. Reunió los ingredientes, los troceó y guisó las lentejas con amor, como sólo las abuelas saben hacerlo.

Después preparó la mesa.

Mientras colocaba la última cuchara sonó de nuevo el teléfono.

– Madre, que al final nos quedamos a comer en el centro. Nos vemos esta noche. No hace falta que hagas nada. Ya compraré yo algo preparado.

– Sí, hija, claro; no te preocupes…

Rosa María Ramírez Navalón, Valencia

Escucha el Microrrelato

Narrado por David Sentinella